¿Cuándo se puede subrogar un contrato?

¿Cuándo se puede subrogar un contrato?

Subrogación es el acto mediante el cual un tercero asume las obligaciones de una de las partes en un contrato. La subrogación de un contrato es, por tanto, la sustitución de una de las partes originales del contrato por otra persona, que asume todos los derechos y obligaciones del contrato. La subrogación puede ser voluntaria o legal.

La subrogación voluntaria se produce cuando las partes originales del contrato acuerdan, de común acuerdo, que un tercero asuma las obligaciones del contrato. En la subrogación legal, en cambio, la sustitución de una de las partes originales del contrato se produce de forma automática y sin necesidad de que las partes lo acuerden, porque así lo establece la ley.

La subrogación es una figura muy utilizada en el ámbito de los seguros, ya que permite que la compañía de seguros asuma, de forma subrogatoria, las obligaciones del asegurado frente al tercero perjudicado en un siniestro. De esta forma, la compañía de seguros asume el pago de los daños y perjuicios causados por el siniestro y, a cambio, el asegurado le cede todos sus derechos frente al tercero perjudicado.

¿Cuándo se puede hacer una subrogación de contrato?

La subrogación de contrato es una operación por la que un tercero sustituye al contratista original en todos los derechos y obligaciones que derivan del contrato. La subrogación es un derecho que asiste al contratista y que puede hacer valer frente a la administración, pero no es una obligación para éste.

No obstante, en la contratación pública, la normativa es muy exigente en cuanto a la posibilidad de subrogar el contrato, de forma que se trata de una operación muy limitada. En concreto, según el Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, sólo podrá subrogarse el contrato en los siguientes supuestos:

  • En los contratos de obras, cuando el contratista ceda el contrato a otra persona que reúna las mismas condiciones que él en el momento de la concesión del contrato y siempre que el cambio no suponga una modificación sustancial del objeto del contrato.
  • Cuando el contrato se ceda a una persona que reúna las mismas condiciones que el contratista en el momento de la concesión del contrato, siempre que se cumplan los requisitos exigidos en la cláusula del contrato que regula la subrogación.
  • Cuando la cesión del contrato se produzca a una persona que pertenezca al mismo grupo de empresas que el contratista, siempre que se cumplan los requisitos exigidos en la cláusula del contrato que regula la subrogación.

Por lo tanto, en la contratación pública la subrogación de contrato es una operación muy limitada y que debe cumplir unos requisitos muy estrictos.

¿Cuándo se considera subrogación?

La subrogación es un derecho que el deudor adquiere frente al acreedor, consistente en que este último se dirija a un tercero para que, en virtud de un nuevo contrato, asuma las obligaciones del primero. Se trata, por tanto, de un derecho del deudor, pero que puede ser cedido al tercero al que se le subroga, quien adquiere los mismos derechos que el deudor original. Este derecho de subrogación surge en virtud de una ley o de un pacto. En cuanto a su regulación legal, podemos encontrarla en el artículo 1.653 del Código Civil. El derecho de subrogación puede ser cedido por el deudor original o por un tercero interesado en que se produzca la subrogación. No obstante, el deudor original no puede impedir que se produzca la subrogación, aunque sí puede limitarla.

En cuanto a los supuestos en los que surge el derecho de subrogación, podemos distinguir dos tipos:

  • Subrogación legal: surge cuando la ley lo establece expresamente. Por ejemplo, en el caso de los seguros, si el asegurado sufre un daño en su vivienda a consecuencia de un siniestro, la compañía de seguros está obligada a indemnizarle, y para ello se subroga en los derechos del asegurado frente al tercero causante del daño (artículo 1.653 del Código Civil). Otro supuesto es el de la hipoteca, en el que el Banco se subroga en los derechos del propietario de la vivienda hipotecada frente al comprador de la misma.
  • Subrogación convencional: surge cuando las partes lo pactan expresamente en el contrato. Por ejemplo, en un contrato de alquiler, el propietario puede pactar que si el inquilino no paga el alquiler, el garante se subrogará en sus derechos frente al inquilino. En un contrato de compraventa, las partes pueden pactar que si el vendedor no entrega la mercancía, el comprador se subrogará en sus derechos frente al vendedor, para que este último le entregue la mercancía o le indemnice por el perjuicio sufrido.

En el caso de la subrogación legal, el derecho surge de forma automática cuando se dan los requisitos establecidos por la ley, mientras que en el caso de la subrogación convencional, es necesario que las partes lo pacten expresamente en el contrato. En ambos casos, el derecho de subrogación puede ser cedido al tercero al que se subroga, quien adquiere los mismos derechos que el deudor original.

¿Cuándo se puede subrogar un trabajador?

Se puede subrogar a un trabajador en los siguientes casos:

Cuando hay un cambio de empresa

Cuando la empresa cambia de titularidad, los trabajadores mantienen sus puestos de trabajo y sus condiciones laborales. En este caso, el nuevo empresario debe respetar el convenio colectivo y las condiciones más beneficiosas para el trabajador. Si el convenio colectivo no se respeta, el trabajador puede optar por mantener las condiciones anteriores o acogerse a las nuevas.

Cuando hay una fusión o absorción de empresas

En el caso de fusión o absorción de empresas, los trabajadores mantienen sus puestos de trabajo y sus condiciones laborales. En este caso, el nuevo empresario debe respetar el convenio colectivo y las condiciones más beneficiosas para el trabajador. Si el convenio colectivo no se respeta, el trabajador puede optar por mantener las condiciones anteriores o acogerse a las nuevas.

Cuando hay un cambio de proveedor

Cuando se produce un cambio de proveedor, el trabajador puede optar por mantener las mismas condiciones laborales o acogerse a las nuevas. Si el nuevo proveedor no respeta el convenio colectivo, el trabajador puede optar por mantener las condiciones anteriores o acogerse a las nuevas.

¿Qué es una subrogación de contrato?

Una subrogación de contrato es una operación por la que una persona física o jurídica adquiere los derechos y obligaciones de otra persona con respecto a un contrato. En la mayoría de los casos, esto se hace mediante el pago de una cierta cantidad de dinero. La subrogación de contrato es una figura muy utilizada en el ámbito de los seguros, ya que permite que, en caso de siniestro, la aseguradora cubra los daños ocasionados al asegurado y, a cambio, este último le ceda sus derechos contra el tercero responsable del siniestro. Asimismo, la subrogación de contrato también es muy utilizada en el ámbito hipotecario, ya que permite que una entidad financiera se subrogue en los derechos del titular de una hipoteca para recuperar el importe prestado en caso de impago.

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