¿Qué pasa si te ponen en ERTE?

¿Qué pasa si te ponen en ERTE?

Si te encuentras en la situación de ser puesto en ERTE, es importante conocer qué implicaciones tiene esta medida tanto a nivel laboral como económico. Un ERTE o Expediente de Regulación Temporal de Empleo se trata de una suspensión temporal del contrato de trabajo, en la cual el empleador puede reducir o interrumpir la actividad de la empresa debido a circunstancias excepcionales.

En primer lugar, es importante destacar que estar en ERTE no significa perder el empleo, sino que se trata de una situación temporal en la cual la empresa no puede continuar con su actividad habitual. Durante este período, **no se puede trabajar** y **no se percibe el salario** correspondiente al trabajo que se realiza habitualmente.

En cuanto a las consecuencias económicas, cuando se está en ERTE se tiene derecho a percibir una prestación económica que es equivalente al **70% de la base reguladora**. Es importante tener en cuenta que esta prestación está sujeta a unos límites máximos y mínimos establecidos por la legislación vigente.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, aunque se esté en ERTE, se mantiene la relación laboral con la empresa. Esto implica que, una vez finalizado el ERTE, deberás reincorporarte a tu puesto de trabajo y la empresa debe garantizar la estabilidad del empleo durante un período determinado.

Además, mientras se está en ERTE, el trabajador tiene derecho a recibir formación por parte de la empresa. De esta forma, se fomenta el desarrollo de habilidades y conocimientos que pueden ser útiles tanto para la empresa como para el trabajador una vez finalice la situación de ERTE.

En conclusión, si te ponen en ERTE, es importante estar informado de tus derechos y obligaciones. Aunque suponga una suspensión temporal del contrato de trabajo, se tiene derecho a recibir una prestación económica y a mantener la relación laboral con la empresa. Asimismo, se puede aprovechar el tiempo en situación de ERTE para recibir formación y mejorar tus habilidades profesionales.

¿Qué consecuencias trae estar en el ERTE?

El ERTE, o Expediente de Regulación Temporal de Empleo, es una medida que se aplica cuando una empresa se encuentra en una situación económica complicada y necesita reducir sus costos laborales. Estar en el ERTE conlleva una serie de consecuencias tanto para los trabajadores como para la propia empresa.

Una de las principales consecuencias para los trabajadores es la suspensión temporal de su contrato laboral. Durante este periodo, el trabajador no presta sus servicios y no recibe su salario completo, sino que percibe una prestación por desempleo llamada **ERTE**. Esta prestación puede ser inferior al sueldo habitual, lo que representa una merma económica para el trabajador. Además, aunque se siguen cotizando a la Seguridad Social, no se generan derechos de cara a la jubilación.

En cuanto a la empresa, el ERTE supone un ahorro en costos laborales, ya que no tiene que pagar el salario completo a los trabajadores afectados por la medida. Sin embargo, esto puede tener un impacto negativo en la productividad y en el clima laboral de la empresa, ya que la motivación y la confianza de los empleados pueden verse afectadas.

Otra consecuencia importante es la incertidumbre laboral que genera el ERTE. Los trabajadores afectados no saben cuánto tiempo durará la suspensión de su contrato ni si podrán volver a su puesto de trabajo una vez finalizado el ERTE. Esto puede generar estrés y preocupación en los empleados, así como dificultades para planificar su futuro.

En resumen, estar en el ERTE conlleva la suspensión temporal del contrato laboral, lo que implica una reducción en el salario percibido por el trabajador y una merma en sus derechos de cara a la jubilación. Para la empresa, supone un ahorro en costos laborales pero puede tener un impacto negativo en la productividad y en el clima laboral. Además, genera incertidumbre y preocupación en los trabajadores afectados.

¿Que supone un ERTE para el trabajador?

Un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es un procedimiento que las empresas pueden utilizar para suspender o reducir temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados. Es una medida que se emplea en situaciones de crisis o falta de actividad económica, y su objetivo principal es evitar despidos.

Para el trabajador, un ERTE supone una suspensión o reducción de su contrato de trabajo durante un determinado periodo de tiempo. Durante ese periodo, el trabajador deja de prestar sus servicios y la empresa deja de abonarle su salario completo. En cambio, el trabajador tiene derecho a percibir una prestación por desempleo durante el tiempo que dure el ERTE.

Es importante destacar que durante un ERTE, el contrato de trabajo del trabajador no se extingue, sino que permanece suspendido o reducido temporalmente. Esto implica que, una vez finalizado el ERTE, el trabajador tiene el derecho de reincorporarse a su puesto de trabajo en las mismas condiciones que tenía antes de la suspensión o reducción.

No obstante, cabe destacar que un ERTE puede tener consecuencias económicas para el trabajador. La prestación por desempleo que percibe durante el ERTE puede ser inferior a su salario habitual, lo que supone una reducción en sus ingresos mensuales. Además, en algunos casos, el trabajador puede perder ciertos beneficios o derechos que tenía antes del ERTE, como por ejemplo los complementos salariales o la antigüedad.

En resumen, un ERTE supone una suspensión o reducción temporal del contrato de trabajo para el trabajador, con la consiguiente pérdida de ingresos y posibles repercusiones en sus derechos laborales. Sin embargo, también supone una medida para evitar despidos y preservar los puestos de trabajo en momentos de crisis económica o falta de actividad.

¿Cómo afecta el ERTE a la vida laboral?

El ERTE o Expediente de Regulación Temporal de Empleo es una medida que se ha implementado en España para enfrentar situaciones extraordinarias que afectan la actividad laboral de las empresas. Este mecanismo permite a las compañías suspender o reducir temporalmente los contratos de trabajo, adaptándose a situaciones como crisis económicas, falta de demanda o circunstancias excepcionales como la actual pandemia del COVID-19.

Los ERTEs tienen un impacto significativo en la vida laboral de los trabajadores, ya que implica una modificación temporal de sus condiciones laborales. En primer lugar, los empleados pueden ver reducida su jornada laboral o incluso quedar en situación de suspensión de empleo. Esto puede conllevar una disminución de sus ingresos y un cambio en su rutina diaria.

En segundo lugar, durante el período de ERTE, los trabajadores no están obligados a cumplir con sus tareas habituales. Aunque esta situación puede generar incertidumbre y preocupación, también puede ser una oportunidad para adquirir nuevas habilidades o formarse en diferentes áreas mediante cursos o actividades complementarias.

Además, es importante destacar que durante el ERTE, los empleados conservan su puesto de trabajo y su contrato laboral, manteniendo sus derechos y beneficios asociados. Esto incluye la cotización a la Seguridad Social y la generación de antigüedad, lo cual es fundamental para su futuro laboral y las prestaciones sociales a las que puedan tener derecho.

En definitiva, el ERTE supone una alteración en la vida laboral de los trabajadores, pero también puede ser una oportunidad para adaptarse a nuevas circunstancias y adquirir habilidades que permitan una mejora en el ámbito profesional. Es fundamental estar informado sobre los derechos y obligaciones durante esta situación y buscar recursos que ayuden a aprovechar al máximo esta etapa temporal.

¿Cuánto tiempo se puede estar en ERTE?

El ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es un mecanismo mediante el cual una empresa puede suspender o reducir temporalmente la actividad laboral de sus empleados debido a circunstancias económicas, técnicas, organizativas o de producción.

En España, el periodo máximo en el que se puede estar en ERTE es de 12 meses, aunque puede ser prorrogado en determinadas circunstancias excepcionales.

La duración del ERTE puede variar según la situación específica de cada empresa y la normativa laboral vigente. En general, se establece un plazo inicial de hasta 6 meses, que puede ser prorrogado por otros 6 meses adicionales en casos excepcionales.

Es importante tener en cuenta que durante el tiempo en el que el trabajador se encuentre en situación de ERTE, seguirá formando parte de la plantilla de la empresa y mantendrá su contrato laboral, aunque su actividad y salario pueden verse reducidos temporalmente.

Durante el ERTE, los trabajadores pueden acceder a prestaciones económicas por desempleo, que les serán abonadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en función de sus cotizaciones previas.

Además, es importante destacar que el ERTE puede ser utilizado tanto para suspender totalmente la actividad laboral de los trabajadores como para reducir su jornada y salario. En ambos casos, es necesario llegar a un acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores o, en caso de no existir, la autorización de la autoridad laboral competente.

En resumen, el tiempo máximo en el que se puede estar en ERTE en España es de 12 meses, aunque puede ser prorrogado en circunstancias excepcionales. Durante este periodo, los trabajadores mantienen su contrato laboral y pueden acceder a prestaciones por desempleo.

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