¿Qué diferencia hay entre un ERE y un ero?

¿Qué diferencia hay entre un ERE y un ero?

Un ERE es un expediente de regulación de empleo. Se inicia por decisión de la empresa, cuando ésta tiene previsto llevar a cabo un despido colectivo.

En cambio, un ero, es un expediente de regulación de empleo por causas objetivas. Se inicia por decisión de la empresa, cuando ésta tiene previsto llevar a cabo un despido objetivo.

Los ERE se caracterizan porque están sujetos a un procedimiento administrativo y se inician por una decisión empresarial. En cambio, los eros, están sujetos a un procedimiento judicial. Se inician por una decisión judicial.

Los ERE se pueden llevar a cabo cuando la empresa está en situación de crisis o en situación de cese de actividad. En cambio, los eros sólo se pueden llevar a cabo en situación de crisis.

En el caso de los ERE, el empleador debe notificar al comité de empresa o delegados de personal la intención de iniciar el expediente. En el caso de los eros, el empleador debe notificar al trabajador afectado la intención de iniciar el expediente.

Por último, en el caso de los ERE, el empleador debe justificar la causa del despido. En el caso de los eros, el empleador no tiene obligación de justificar la causa del despido.

¿Qué diferencia hay entre un ERE y un despido?

Los EREs son expedientes de regulación de empleo, mientras que el despido es una decisión unilateral de la empresa de extinguir la relación laboral de un trabajador. Los EREs se caracterizan por ser negociados entre la empresa y el trabajador, y suelen estar relacionados con causas económicas, técnicas o organizativas. En cambio, el despido puede ser objetivo o improcedente, y se produce cuando la empresa no cumple con sus obligaciones o incumple las leyes laborales.

¿Cuánto tiempo se puede estar en ERE?

Los ERE son un tipo de expediente regulado por el Estado que se abre cuando una empresa atraviesa una situación de crisis que puede ser económica, técnica, organizativa oproductiva. Esto supone la suspensión o reducción de la jornada laboral de los trabajadores afectados, así como también pueden acabar en despidos. En cualquier caso, el objetivo de los ERE es minimizar el impacto que la crisis pueda tener sobre los trabajadores y sus familias.

La duración de un ERE puede ser de un máximo de 12 meses, aunque también hay casos en los que se puede prorrogar por otros 6 meses más. Esto depende de la situación concreta en la que se encuentre la empresa y de los acuerdos que se lleguen a alcanzar entre la empresa y los representantes de los trabajadores.

Los ERE son una medida que se toma en último caso, cuando no hay otra opción para salvar la empresa y el impacto en los trabajadores y sus familias es menor que si se producen despidos masivos. No obstante, es importante tener en cuenta que los ERE no son una solución permanente y que, en la mayoría de los casos, no sirven para evitar los despidos. Por lo tanto, es importante que las empresas se esfuercen por buscar otras soluciones antes de recurrir a los ERE.

¿Qué pasa cuando te hacen un ERE?

Un ERE es un Expediente de Regulación de Empleo. Se trata de un expediente que se abre por una empresa cuando pretende cesar a un número determinado de trabajadores, por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas. Los trabajadores afectados por un ERE reciben una indemnización, que será de 20 días por año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades. Para que el ERE sea válido, debe ser autorizado por el Ministerio de Trabajo, y el número de trabajadores afectados no puede superar el 20% de la plantilla total de la empresa.

¿Que se cobra en un ERE?

En España, un ERE es un Expediente de Regulación de Empleo. Se trata de un procedimiento administrativo por el cual una empresa puede despedir a uno o varios trabajadores de forma colectiva. En la actualidad, el ERE es la única forma legal de realizar despidos colectivos en España.

Los EREs pueden ser voluntarios o forzosos. En el primer caso, la empresa decide por su cuenta despedir a un determinado número de trabajadores. En el segundo caso, el ERE es impuesto por las autoridades laborales, generalmente cuando la empresa se encuentra en una situación económica muy delicada.

Los EREs forzosos suelen ser más complejos y costosos que los voluntarios, ya que implican un mayor número de trámites administrativos. No obstante, ambos tipos de EREs comparten una serie de características comunes, como por ejemplo, el hecho de que deben ser autorizados por el Ministerio de Trabajo.

En cuanto al coste de un ERE, este suele ser asumido por la empresa que lo solicita. No obstante, en algunos casos el coste puede ser compartido entre la empresa y el Estado, especialmente en los EREs forzosos.

En cuanto a los beneficios que se pueden obtener de un ERE, estos dependen principalmente del tipo de ERE y de la situación laboral del trabajador. En general, los trabajadores despedidos mediante un ERE tienen derecho a una indemnización por despido, así como a una serie de prestaciones sociales. No obstante, en algunos casos el trabajador puede optar por renunciar a estos beneficios a cambio de una indemnización más elevada.

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