¿Cuándo se puede impugnar un despido?

¿Cuándo se puede impugnar un despido?

En España, el despido es la extinción del contrato de trabajo a iniciativa del empresario. El artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores (ET) recoge los supuestos en los que el despido es considerado "justificado". Se trata de un despido lícito, por lo que el trabajador no podrá impugnarlo.

No obstante, si el despido se produce por un motivo prohibido por la Ley, el trabajador podrá impugnarlo y, en caso de que el despido sea declarado nulo, el empresario estará obligado a readmitir al trabajador en su puesto de trabajo y a abonarle una indemnización por despido improcedente.

No obstante, si el despido se produce por un motivo prohibido por la Ley, el trabajador podrá impugnarlo y, en caso de que el despido sea declarado nulo, el empresario estará obligado a readmitir al trabajador en su puesto de trabajo y a abonarle una indemnización por despido improcedente.

¿Qué hay que hacer para impugnar un despido?

Los despidos improcedentes son aquellos que se producen sin una causa justa o sin el debido procedimiento. En estos casos, el trabajador puede impugnar el despido y, si se demuestra que es improcedente, podrá ser readmitido en su puesto de trabajo o, en su defecto, recibir una indemnización de 20 días por año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades.

Para impugnar un despido, el trabajador deberá seguir el procedimiento establecido en la Ley de Contrato de Trabajo. En primer lugar, deberá presentar una demanda ante el Juzgado de Trabajo correspondiente dentro de los cinco días hábiles siguientes a la notificación del despido. La demanda deberá ser acompañada por la documentación necesaria, como el contrato de trabajo, la carta de despido, etc. A partir de este momento, se abrirá un juicio oral en el que se evaluarán las pruebas presentadas por las partes y se emitirá una sentencia.

En el caso de que el despido sea declarado improcedente, el trabajador podrá optar por la reincorporación a su puesto de trabajo o por la indemnización que le corresponda. Si opta por la reincorporación, deberá presentar una nueva demanda ante el Juzgado de Trabajo dentro de los tres días hábiles siguientes a la notificación de la sentencia. En el caso de que opte por la indemnización, deberá recibir una liquidación de su antiguo empleador dentro de los tres días hábiles siguientes a la notificación de la sentencia. Si no recibe la liquidación en el plazo establecido, podrá solicitarla directamente al Juzgado de Trabajo.

¿Quién puede impugnar un despido?

Leyendo la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) podrás ver que la misma contempla una serie de supuestos en los que el despido es considerado nulo y, por ende, impugnable. No obstante, hay que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, el despido es improcedente y no nulo. Esto quiere decir que, aunque puedas impugnarlo, el empleador puede acreditar que el despido se ha realizado por causas objetivas justificadas.

En cualquier caso, para poder impugnar un despido, tienes que ser un trabajador en relación de dependencia. Es decir, que tu relación con el empleador esté regulada por un contrato de trabajo. Si eres autónomo, por ejemplo, no podrás hacerlo. No obstante, en algunos supuestos especiales, como el de los trabajadores fijos discontinuos, sí que podrás impugnar tu despido aunque no tengas un contrato de trabajo por escrito.

Por lo general, tienes 20 días hábiles desde que se produjo el despido para impugnarlo. No obstante, en algunos supuestos especiales, como el despido improcedente, dispones de 45 días hábiles para interponer la demanda. Si no impugnas el despido en el plazo previsto, perderás tu derecho a reclamar.

Para impugnar el despido, tienes que acudir a la oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y solicitar un certificado de despido. Este certificado es un documento oficial que acredita que has sido despedido. A continuación, tienes que presentar la demanda ante el Juzgado de lo Social de tu lugar de residencia. Es importante que sepas que, en la mayoría de los casos, necesitarás el asesoramiento de un abogado para presentar la demanda correctamente.

¿Qué quiere decir impugnar el despido?

Significado de impugnar

Impugnar significa cuestionar o poner en duda la legalidad de algo. En este contexto, impugnar el despido significa poner en duda la legalidad del despido que se ha recibido. Es decir, se trata de cuestionar si el despido se ha realizado de acuerdo a las leyes laborales.

¿Cómo se impugna un despido?

Para impugnar un despido, se debe presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social correspondiente. En ella se deberá especificar los motivos por los que se cuestiona la legalidad del despido.

Motivos para impugnar un despido

Los motivos más comunes para impugnar un despido son los siguientes:

  • Despido improcedente: el despido se ha realizado sin una causa justificada.
  • Despido nulo: el despido se ha realizado violando derechos fundamentales del trabajador, como la libertad sindical o la prohibición de discriminación.
  • Despido disciplinario: se cuestiona si el despido se ha realizado de acuerdo a las normas establecidas en el convenio colectivo o el contrato laboral.

¿Qué consecuencias tiene impugnar un despido?

Si el tribunal considera que el despido es improcedente, nulo o disciplinario, el trabajador tendrá derecho a ser readmitido en su puesto de trabajo y a recibir una indemnización por los daños y perjuicios sufridos.

¿Qué plazo tiene el trabajador para impugnar un despido disciplinario?

El trabajador dispone de un plazo de diez días naturales a contar desde el día siguiente al de la notificación del despido para impugnar el mismo. Si el trabajador no impugna el despido dentro del plazo establecido, se entenderá que acepta el despido.

Para impugnar el despido, el trabajador deberá presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social competente. En la demanda, el trabajador deberá indicar los motivos por los que considera que el despido es improcedente.

El trabajador deberá probar que el despido es improcedente. En caso de que el despido sea declarado nulo, el trabajador podrá optar entre ser readmitido en su puesto de trabajo o recibir una indemnización por despido improcedente.

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