¿Cómo se justifica un despido procedente?

¿Cómo se justifica un despido procedente?

En España, un despido procedente es aquel que cumple con los requisitos legales y, por lo tanto, es considerado legal por un juez. Si un trabajador es despedido sin justificación, puede presentar una demanda contra su empleador para que se le pague una indemnización por despido improcedente.

Para que un despido sea considerado procedente, debe haber una causa justa para el despido. Algunas de las causas justas para el despido son el incumplimiento del contrato de trabajo por parte del trabajador, la falta de rendimiento en el trabajo o el cese de actividades de la empresa.

También es importante tener en cuenta que, para que un despido sea procedente, el empleador debe haber dado al trabajador un aviso previo de que se va a despender de él o de ella. El plazo de este aviso previo depende de la duración del contrato de trabajo:

  • Contratos de trabajo de menos de un año: el aviso previo puede ser verbal o por escrito.
  • Contratos de trabajo de un año o más: el aviso previo debe ser por escrito.

En algunos casos, el despido puede ser "inmediato", lo que significa que el trabajador no tiene derecho a un aviso previo. Esto solo puede ocurrir en casos de falta grave por parte del trabajador, como el robo o el acoso.

Por último, es importante tener en cuenta que el despido procedente no es lo mismo que el despido justificado. Un despido procedente es aquel que cumple con la ley, mientras que un despido justificado es aquel que, además, tiene una causa razonable. Por ejemplo, un despido puede ser procedente si el trabajador ha incumplido su contrato, pero no justificado si el incumplimiento fue mínimo.

¿Cuándo se puede considerar un despido como procedente?

La sentencia del Tribunal Supremo de 8 de febrero de 2018 (recurso de casación número XXX XXX XXX7) ha establecido cuándo se puede considerar como despido procedente el que se realiza por motivo de la supresión de puestos de trabajo. Se trata de un pronunciamiento que viene a dar respuesta a la cuestión prejudicial planteada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

En el caso concreto que se planteaba, se trataba de un despido realizado por la empresa Iberia Líneas Aéreas de España S.A. a un trabajador que prestaba sus servicios en el puesto de "comercial especializado en vuelos chárter".

La cuestión que se planteaba era si la empresa Iberia había acreditado suficientemente el despido objetivo que alegaba, es decir, si había acreditado que el despido se producía por motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción.

El Tribunal Supremo, en su sentencia, establece que el despido realizado por la empresa Iberia es procedente, ya que se trata de un despido motivado por la supresión de puestos de trabajo.

La sentencia señala que, para que un despido por supresión de puestos de trabajo sea procedente, es necesario que la empresa acredite que la supresión de puestos de trabajo es inevitable y que no existe ninguna otra solución posible.

En el caso concreto analizado por el Tribunal Supremo, la empresa Iberia acreditó que la supresión de puestos de trabajo era inevitable, ya que se trataba de una decisión adoptada por la dirección de la empresa en función de las necesidades de la misma.

Por tanto, el Tribunal Supremo ha establecido que el despido realizado por la empresa Iberia es procedente.

¿Cómo justificar un despido?

Existen diversas maneras de justificar un despido, dependiendo del tipo de contrato que exista entre el empleador y el trabajador. Sin embargo, en todos los casos, se debe cumplir con un procedimiento legal para que el despido sea considerado válido. A continuación se detallan algunas de las formas más comunes de despido:

- Despido improcedente: se produce cuando el empleador no tiene una causa justificada para el despido. En este caso, el trabajador puede demandar al empleador y obtener una indemnización por los daños y perjuicios sufridos.

- Despido nulo: se produce cuando el empleador no cumple con el procedimiento legal establecido para el despido. En este caso, el trabajador puede reclamar su puesto de trabajo y obtener una indemnización por los daños y perjuicios sufridos.

- Despido objetivo: se produce cuando el empleador tiene una causa justificada para el despido, como por ejemplo, el incumplimiento por parte del trabajador de sus obligaciones contractuales. En este caso, el trabajador puede demandar al empleador y obtener una indemnización por los daños y perjuicios sufridos.

Para evitar problemas legales, es importante que el empleador informe al trabajador de la causa del despido y le dé la oportunidad de defenderse antes de tomar la decisión de despido.

¿Cómo despedir a un trabajador de forma procedente?

Despedir a un trabajador puede ser una experiencia difícil, sobre todo si no se hace de la forma correcta. Hay una serie de pasos que se deben seguir para asegurarse de que el despido sea procedente y de que el trabajador reciba todo lo que le corresponde.

En primer lugar, es importante asegurarse de que se tiene un buen motivo para despedir al trabajador. Si no se tiene un motivo justificado, el despido puede ser considerado improcedente. Es importante tener en cuenta que los motivos justificados para el despido pueden variar según el país en el que se encuentre el trabajador.

Una vez que se tiene el motivo para el despido, es necesario comunicárselo al trabajador de forma clara y concisa. Se le debe explicar al trabajador por qué se está despidiendo y cuáles son las razones para ello. También se le debe dar la oportunidad de responder a las acusaciones y de defenderse.

Después de comunicarle al trabajador el motivo del despido, se le debe entregar una carta de despido. Esta carta debe incluir la fecha en que se produce el despido, así como los beneficios a los que el trabajador tiene derecho. También se le debe dar la oportunidad de leer y firmar la carta de despido.

Por último, es importante asegurarse de que se cumpla con todos los trámites y requisitos legales. Esto incluye el pago de todas las indemnizaciones a las que el trabajador tiene derecho, así como el envío de la carta de despido a la oficina de empleo correspondiente. También se debe asegurar de que se hayan seguido todos los procedimientos correctos en el momento del despido.

Seguir estos pasos puede ayudar a garantizar que el despido sea procedente y que el trabajador reciba todo lo que le corresponde. Despedir a un trabajador de forma improcedente puede tener consecuencias legales y puede ser muy costoso para la empresa.

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