¿Cuál es la última Ley de contratos del sector público?

¿Cuál es la última Ley de contratos del sector público?

La Ley 9/2017, de 8 de noviembre, es la última Ley de contratos del sector público. Esta ley española establece un marco regulador para la contratación del sector público en todas sus modalidades, incluyendo la contratación electrónica y la transparencia. Esta ley sustituye a la anterior Ley de contratos del sector público, que data de 2011, y está en vigor desde el 9 de marzo de 2018.

Entre las novedades más destacadas de esta nueva ley se encuentra la obligación de la contratación electrónica, que implica que todos los procesos de contratación deben ser realizados de forma electrónica, desde la licitación hasta la facturación. Además, se establecen medidas para la transparencia, la competencia y la eficiencia en la contratación pública, lo que significa que se refuerzan los controles sobre la asignación de contratos.

Otra de las novedades de la Ley de contratos es la simplificación de los procedimientos de adjudicación, que se dividen en dos tipos: los procedimientos ordinarios y los procedimientos simplificados. Esta simplificación busca acelerar los procesos de contratación y hacerlos más eficaces y eficientes.

La nueva ley también establece la obligación de publicar información relativa a la contratación en una plataforma electrónica única, lo que facilita el acceso a la información a cualquier interesado. De esta forma, cualquier empresa o persona que cumpla los requisitos establecidos puede presentarse a los procesos de licitación y competir con otras empresas y organizaciones.

En conclusión, la Ley de contratos del sector público tiene como objetivo establecer un marco regulador moderno y eficaz para la contratación del sector público en España. Con esta nueva ley se busca garantizar la transparencia, la eficacia y la eficiencia en la contratación pública, así como acelerar los procesos de adjudicación y facilitar el acceso a la información a cualquier interesado.

¿Cuál es la última Ley de contratos del sector público?

La última Ley de contratos del sector público en España es la Ley 9/2017, que entró en vigor el 9 de marzo de ese año. Esta nueva ley tiene como objetivo actualizar y modernizar la normativa anterior, que databa de 2011.

Una de las principales novedades de esta Ley es la incorporación de nuevas formas de contratar por parte del sector público, con el fin de favorecer la transparencia y la eficiencia. Además, se fija una serie de plazos para la tramitación de los procedimientos de contratación, lo que agiliza los procesos y reduce el tiempo de espera.

Otro de los aspectos destacables de la Ley de contratos del sector público es la inclusión de cláusulas sociales y medioambientales en los contratos públicos. Esto significa que se tienen en cuenta criterios como la igualdad de género, la discapacidad, la protección del medio ambiente, la contratación de pequeñas y medianas empresas, entre otros, a la hora de conceder los contratos.

La Ley también hace hincapié en la obligación de los contratistas de cumplir con todas las normativas sociales y laborales en los contratos públicos, de forma que se evite la explotación laboral y se garantice el cumplimiento de los derechos de los trabajadores.

En resumen, la Ley de contratos del sector público actualizada tiene como objetivo mejorar la transparencia, promover la eficiencia, fomentar la igualdad y proteger los derechos laborales en los procedimientos de contratación del sector público. Es una ley de importancia vital para el correcto funcionamiento de la administración pública y la protección de los derechos de los ciudadanos.

¿Cómo se clasifican los contratos públicos?

Los contratos públicos son aquellos que se celebran entre la administración pública y los particulares. Estos contratos se dividen en distintas categorías en función de su objeto, duración y forma de adjudicación.

La primera clasificación que se realiza es según el objeto del contrato. Así, existen contratos de obras, de suministro, de servicios y de concesiones. Los contratos de obras se refieren a la construcción, reparación o mantenimiento de algún bien inmueble o bien material. En cambio, los contratos de suministro tienen por objeto el suministro de bienes necesarios para el uso de una entidad o de una administración. Por su parte, los contratos de servicios se centran en la prestación de servicios a una entidad y, finalmente, las concesiones son contratos en los que una entidad encarga a un particular el uso y explotación de un bien público durante un tiempo determinado.

Otra clasificación que se realiza es por la duración del contrato. Para ello, se habla de contratos de obra a precio cerrado, que tienen un precio cerrado y un plazo de ejecución determinado, o de contratos de obra a precio unitario, donde el importe final del contrato se calcula en función de las unidades que sean necesarias para la ejecución de la obra.

Por último, se clasifican según la forma de adjudicación. En este caso, podemos encontrar los contratos menores, cuyo importe no supera un determinado límite establecido por la ley, o los contratos ordinarios, cuya adjudicación se realiza mediante procedimientos que establece la propia administración.

¿Cuántas fases tiene la contratación pública y cuáles son?

La contratación pública es un proceso que se compone de varias fases importantes para garantizar la transparencia, imparcialidad y eficiencia en la gestión de los recursos públicos. En términos generales, se pueden distinguir cuatro fases principales dentro del proceso de contratación pública: la planificación, la licitación, la adjudicación y la ejecución.

La primera fase, la planificación, implica la identificación de las necesidades y requerimientos que la Administración Pública tiene que satisfacer a través de contratos. Esta fase incluye la elaboración de pliegos de condiciones y la definición del presupuesto disponible, así como la publicación del anuncio de licitación.

La segunda fase, la licitación, es el proceso mediante el cual la Administración llama a la presentación de ofertas de aquellos proveedores que cumplen con las condiciones establecidas. En esta fase se producen la evaluación de las ofertas recibidas y la adjudicación del contrato

La tercera fase, la adjudicación, se refiere a la selección del oferente que haya presentado la oferta más adecuada en términos de calidad y precio. Esta decisión se basa en los criterios de evaluación previamente establecidos.

Por último, la cuarta fase, la ejecución, es el periodo en el que se desarrolla el contrato, supervisando el cumplimiento de los términos y condiciones establecidos.

En definitiva, se pueden distinguir cuatro fases claves en el proceso de contratación pública: la planificación, la licitación, la adjudicación y la ejecución. Es fundamental asegurar una gestión y transparencia adecuadas en estas fases para garantizar la mejor utilización posible de los recursos públicos.

¿Cuántos libros consta la legislación vigente de contratos del sector público?

La legislación vigente de contratos del sector público en España está compuesta por varias leyes y normativas que se han ido aprobando a lo largo del tiempo. En total, son más de 10 textos legales y libros que conforman el conjunto de la normativa vigente.

Entre las leyes más importantes que componen este conjunto de normas se encuentra la Ley 9/2017, de Contratos del Sector Público, que es la más reciente y que sustituyó a la anterior Ley de Contratos del Sector Público de 2011. También están el Real Decreto Legislativo 3/2011, que regula la Ley de Contratos del Sector Público de 2011 en sí misma; la Ley 20/2013, de Garantía de la Unidad de Mercado, que regula la actividad contractual de las administraciones públicas; el Real Decreto XXX XXX XXX0, que regula la figura del Gestor de Contratos del Sector Público, entre otros.

Estas normas no solo regulan la contratación pública, si no también aspectos como la transparencia, la igualdad de oportunidades o la lucha contra la corrupción. En definitiva, se trata de un conjunto de normas complejo y completo que busca garantizar la eficacia y eficiencia en la gestión pública y el respeto de las garantías legales al realizar contratos con el sector público.

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