¿Qué ventajas tiene un contrato fijo discontinuo?

¿Qué ventajas tiene un contrato fijo discontinuo?

Los contratos de trabajo fijo discontinuo se caracterizan porque el trabajador tiene una relación laboral estable, pero su jornada laboral no es continua, es decir, tiene períodos de trabajo intercalados con períodos en los que no trabaja.

Estos contratos se suelen utilizar en aquellos sectores en los que la demanda de trabajo es variable y no es posible predecirla con exactitud. Así, por ejemplo, en el sector turístico o en el sector agrícola.

Para el trabajador, uno de los principales inconvenientes de este tipo de contrato es la inseguridad que supone no saber con exactitud cuándo va a trabajar y cuándo no. No obstante, también tiene sus ventajas. A continuación, te las enumeramos.

Flexibilidad horaria

Una de las principales ventajas de los contratos fijos discontinuos es que ofrecen una gran flexibilidad horaria. Esto es muy importante para aquellas personas que, por ejemplo, tienen que compaginar el trabajo con estudios u otros compromisos.

Permite conciliar

Otra ventaja es que permiten conciliar la vida laboral con la vida personal y familiar. Esto es especialmente importante para las madres y los padres que tienen hijos pequeños.

Aumenta la productividad

Aunque pueda parecer lo contrario, los contratos fijos discontinuos también pueden aumentar la productividad de los trabajadores. Esto se debe a que, al no estar expuestos a largas jornadas, los trabajadores suelen estar más descansados y, por tanto, más dispuestos a realizar su trabajo de forma eficiente.

Reduce los costes

Por último, también es importante señalar que los contratos fijos discontinuos suelen ser más económicos para las empresas. Esto se debe a que no tienen que pagar salarios durante los períodos en los que el trabajador no está trabajando.

¿Cuánto tiempo se puede estar de fijo discontinuo?

A partir del 1 de enero de 2019, según lo establecido en el artículo 95.2 del Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, el tiempo de trabajo efectivo en jornada de fijos discontinuos no podrá superar las 9 horas diarias, ni las 48 horas semanales en cómputo medio en un periodo de referencia de doce semanas.

En virtud de lo anterior, el tiempo máximo que un trabajador podrá estar en jornada de fijo discontinuo será de cuatro años y medio, puesto que una vez superado este período, y de conformidad con lo establecido en el artículo 95.3 del mismo Real Decreto Legislativo, el trabajador adquirirá el carácter de fijo.

No obstante, lo anterior no será de aplicación en aquellos supuestos en los que el tiempo de trabajo efectivo en jornada de fijos discontinuos sea inferior a las 9 horas diarias o las 48 horas semanales en cómputo medio en un periodo de referencia de doce semanas, en cuyo caso, el tiempo máximo en jornada de fijo discontinuo será el que resulte de aplicar el porcentaje del 50% al tiempo total de la jornada en el periodo de referencia de doce semanas.

¿Cómo cotizan los fijos discontinuos para la jubilación?

Los trabajadores por cuenta propia y los autónomos cotizan a la Seguridad Social de forma voluntaria, es decir, no están obligados a hacerlo. No obstante, si cotizan, tienen derecho a una serie de prestaciones, entre ellas, la jubilación.

Para que un trabajador pueda jubilarse, debe haber cotizado un número mínimo de años, que actualmente es de 35. No obstante, si el trabajador no ha cotizado el número mínimo de años, no podrá jubilarse, pero sí podrá acceder a una prestación por invalidez o a una pensión por muerte.

Los trabajadores fijos discontinuos son aquellos que no tienen un contrato de trabajo fijo, sino que prestan sus servicios de forma intermitente. Por ejemplo, los trabajadores temporales, los trabajadores a tiempo parcial o los trabajadores que prestan servicios en días alternos.

Los trabajadores fijos discontinuos cotizan a la Seguridad Social de forma proporcional al número de días o de horas que trabajan. Por ejemplo, si un trabajador trabaja 3 días a la semana, cotizará 3/7 de la base mínima de cotización. De esta forma, si el trabajador trabaja durante 20 años, cotizará 20 x 3/7 = 8,57 años.

Para que un trabajador fijo discontinuo pueda jubilarse, debe haber cotizado un mínimo de 8,57 años. No obstante, si el trabajador no ha cotizado el número mínimo de años, no podrá jubilarse, pero sí podrá acceder a una prestación por invalidez o a una pensión por muerte.

¿Cuánto cobra un fijo discontinuo?

Un trabajador fijo discontinuo percibe, por tanto, un salario base mensual que se calcula en función de la jornada pactada. No obstante, este salario base no es el único que percibe un trabajador fijo discontinuo. En concreto, también percibe complementos salariales que se calculan en función de la categoría profesional, la antigüedad o la ubicación geográfica del puesto de trabajo.

Por lo tanto, el salario final de un trabajador fijo discontinuo no solo depende de la jornada pactada, sino también de otros factores como la categoría profesional, la antigüedad o la ubicación geográfica.

¿Cuándo finaliza un contrato fijo discontinuo?

Un contrato fijo discontinuo es un tipo de contrato laboral que tiene una duración determinada y un número de horas de trabajo predeterminadas. Este tipo de contrato se caracteriza porque el trabajador solo está obligado a trabajar en determinadas fechas o períodos de tiempo, y el resto del tiempo está libre. Por lo tanto, el trabajador no tiene una jornada laboral fija y puede cambiar según las necesidades de la empresa. En cuanto a la duración del contrato, este puede ser de un máximo de 4 años.

Este tipo de contrato se suele utilizar en aquellos trabajos que no requieren de una presencia continuada, como por ejemplo, en el sector de la hostelería o el turismo. No obstante, también se pueden encontrar este tipo de contratos en otras áreas, como en el sector de la construcción o en el de la logística.

Una de las principales ventajas de este tipo de contrato es que permite a los trabajadores tener más flexibilidad en cuanto a su tiempo, ya que no están obligados a estar en el puesto de trabajo en todo momento. Así, por ejemplo, un trabajador que tenga un contrato fijo discontinuo puede combinar su trabajo con otras actividades, como estudiar o cuidar de sus hijos.

Otra de las ventajas de este tipo de contrato es que permite a las empresas adaptar el número de trabajadores a sus necesidades en cada momento, ya que no están obligadas a mantener un número fijo de empleados. De esta forma, las empresas pueden ahorrar costes en momentos en los que no necesitan tanto personal.

Por otro lado, uno de los inconvenientes de este tipo de contrato es que los trabajadores no tienen una jornada laboral fija, lo que puede causar cierta inestabilidad. Así, por ejemplo, un trabajador puede trabajar una semana 40 horas y la siguiente sólo 20 horas, lo que puede ser complicado de organizar si se tiene que combinar con otras actividades.

En cuanto a la duración del contrato, este puede ser de un máximo de 4 años, aunque también se pueden encontrar contratos de menor duración. No obstante, si el contrato es de menor duración, el trabajador tendrá que esperar un mínimo de 3 meses entre un contrato y otro.

En resumen, un contrato fijo discontinuo es un tipo de contrato laboral que tiene una duración determinada y un número de horas de trabajo predeterminadas. Este tipo de contrato se caracteriza porque el trabajador solo está obligado a trabajar en determinadas fechas o períodos de tiempo, y el resto del tiempo está libre. Por lo tanto, el trabajador no tiene una jornada laboral fija y puede cambiar según las necesidades de la empresa. En cuanto a la duración del contrato, este puede ser de un máximo de 4 años.

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