¿Qué es un ERTE por productividad?

Los ERTE son expedientes de regulación temporal de empleo que se pueden aplicar por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, y sirven para suspender o reducir la jornada de trabajo de los trabajadores afectados, así como para modificar sus condiciones laborales. En el caso de los ERTEs por productividad, como su propio nombre indica, se aplican cuando se produce una disminución de la producción empresarial.

Los ERTEs por productividad se caracterizan porque no se producen despidos, sino que se trata de una medida que se toma por convenio colectivo y que tiene como objetivo mantener el empleo y evitar los despidos. En este sentido, los ERTEs son una herramienta que permite a las empresas adaptar su plantilla a las nuevas necesidades de producción, de forma que se evita el despido de trabajadores y se mantienen los puestos de trabajo.

En el caso de los ERTEs por productividad, las empresas deben notificar el expediente a la autoridad laboral y negociarlo con los representantes de los trabajadores. Una vez aprobado el expediente, las empresas deben notificar a los trabajadores afectados y ponerlos en conocimiento de las modificaciones a sus condiciones laborales. En el caso de los ERTEs por productividad, las empresas pueden suspender el contrato de trabajo de los trabajadores afectados y modificar sus condiciones laborales, como la jornada de trabajo o el salario. Los ERTEs por productividad pueden tener una duración máxima de 12 meses y pueden prorrogarse por acuerdo entre las partes.

¿Cuánto puede durar un ERTE por causas productivas?

Los ERTEs, EREs o suspensiones de contrato son expedientes regulados por el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores (ET) que permiten a las empresas, ante una situación de crisis, reducir la jornada laboral o suspender los contratos de trabajo de sus empleados de forma temporal y en determinadas circunstancias.

Los ERTEs que se declaren por causas productivas, que afecten a toda la plantilla o a una parte sustancial de la misma, podrán durar hasta un máximo de dos años. No obstante, cuando las causas productivas afecten a una parte sustancial de la plantilla, éstos podrán prorrogarse un año más, es decir, que en este caso el ERTE podrá durar un total de tres años.

Para que se pueda acoger a un ERTE por causas productivas, éstas deben ser imprevisibles, ajenas a la voluntad de la empresa y de tal intensidad que imposibiliten la realización de la actividad económica de la empresa durante un determinado periodo de tiempo.

Entre las causas que pueden dar lugar a un ERTE por causas productivas se encuentran, por ejemplo, la pérdida de un contrato o la reducción de la actividad de la empresa debido a una caída en la demanda de sus productos o servicios. También podría ser por fuertes heladas o inundaciones que dañen la producción de la empresa, etc.

Para que un ERTE pueda declararse, es necesario que la empresa lo comunique de forma previa a la Autoridad Laboral, así como a los representantes de los trabajadores. En el caso de que las causas productivas afecten a toda la plantilla, la comunicación se realizará a través de una convocatoria extraordinaria de la Junta de Personal.

Los ERTEs por causas productivas suponen una reducción de la jornada laboral o una suspensión del contrato de trabajo de los empleados afectados. No obstante, durante el tiempo en que dure el ERTE, los trabajadores afectados seguirán percibiendo una parte de su salario de forma que éste no se vea afectado en exceso. La cantidad que percibirá cada trabajador dependerá de su salario base y de la duración de la reducción de la jornada o suspensión del contrato.

¿Cómo afecta al trabajador un ERTE ETOP?

En España, un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es una medida que se puede adoptar por parte de las empresas ante una situación de crisis económica, de producción o de fuerza mayor. En concreto, el ERTE ETOP es un tipo de ERTE que se aplica a los trabajadores por cuenta propia o autónomos.

La finalidad de un ERTE ETOP es proteger el empleo de los trabajadores por cuenta propia o autónomos que se vean afectados por una situación de crisis económica, de producción o de fuerza mayor. De esta forma, se evita que estos trabajadores pierdan su fuente de ingresos y, por tanto, que se vean obligados a cerrar su negocio.

Un ERTE ETOP puede suponer una reducción significativa de los ingresos de los trabajadores afectados. No obstante, estos trabajadores siguen manteniendo su status de trabajadores por cuenta propia o autónomos y, por tanto, siguen teniendo derecho a cotizar a la Seguridad Social y a acceder a determinadas prestaciones sociales.

En general, un ERTE ETOP tiene una duración máxima de 12 meses. No obstante, en algunos casos especiales, este plazo puede prorrogarse por otros 6 meses. Durante el tiempo que dure un ERTE ETOP, los trabajadores afectados solo podrán realizar la actividad que se especifique en el expediente.

¿Cuánto se cobra en un ERTE ETOP?

Los ERTES por causa de fuerza mayor están regulados en el artículo 47.2 del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19. En concreto, se establece que "los trabajadores afectados por estos expedientes de regulación temporal de empleo percibirán, como mínimo, el 70% de su salario base regulador de la prestación por desempleo, cuyo importe será a cargo de la Seguridad Social".

No obstante, lo anterior no es aplicable a los trabajadores por cuenta propia ni a los trabajadores autónomos, que podrán acceder a las prestaciones por cese de actividad a las que tengan derecho en virtud de la legislación vigente.

La base reguladora de la prestación será la que resulte de aplicar el porcentaje correspondiente al número de días de suspensiones o reducciones de jornada que se produzcan dentro del mes natural. No obstante, el importe mensual de la prestación no podrá ser inferior al 70% de la base reguladora mínima de la prestación por desempleo (456,00 euros para 2020).

Asimismo, según lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 47 del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, "a los efectos de determinar el importe de las prestaciones por desempleo a percibir por los trabajadores afectados por los expedientes de regulación temporal de empleo, se tendrá en cuenta el período de carencia que hubiera resultado de aplicar las condiciones de acceso vigentes en el momento de producirse el cese de actividad".

Por lo tanto, el importe de las prestaciones será el que resulte de aplicar el porcentaje correspondiente al número de días de suspensiones o reducciones de jornada que se produzcan dentro del mes natural. No obstante, el importe mensual de la prestación no podrá ser inferior al 70% de la base reguladora mínima de la prestación por desempleo (456,00 euros para 2020).

¿Qué son las causas productivas?

Las causas productivas son aquellas que permiten que un proceso se lleve a cabo. En general, se trata de las condiciones necesarias para que una actividad pueda tener lugar. Por ejemplo, para que una persona pueda trabajar, se necesitan una serie de causas productivas, como un lugar adecuado para trabajar, los instrumentos necesarios para realizar el trabajo, etc.

Las causas productivas pueden ser físicas o humanas. Las causas físicas son aquellas que se refieren a las condiciones físicas necesarias para que un proceso se lleve a cabo. Por ejemplo, para que una persona pueda trabajar, necesita un lugar adecuado para trabajar, los instrumentos necesarios para realizar el trabajo, etc. Las causas humanas, por otro lado, se refieren a las capacidades y habilidades necesarias para que una persona pueda llevar a cabo una actividad. Por ejemplo, para que una persona pueda trabajar, necesita tener las habilidades y capacidades necesarias para realizar el trabajo.

En general, se puede decir que las causas productivas son aquellas que permiten que un proceso se lleve a cabo. En el caso del trabajo, se trata de las condiciones físicas y humanas necesarias para que el trabajo pueda tener lugar.