¿Cuánto tiempo tienes que tener cotizado para una incapacidad permanente?

¿Cuánto tiempo tienes que tener cotizado para una incapacidad permanente?

En España, para percibir una prestación por incapacidad permanente, el interesado debe haber cotizado, como mínimo, 360 días de los últimos 5 años anteriores a la fecha en que se produzca la incapacidad, siendo requisito indispensable para acceder a ella que el grado de incapacidad sea igual o superior al 33%.

No obstante, existen algunas excepciones en las que se puede acceder a la prestación con un número inferior de días cotizados. En concreto, son tres los supuestos en los que se puede obtener la prestación con menos de 360 días cotizados:

  • Cuando la incapacidad sea consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, en cuyo caso bastará con cotizar 180 días en los últimos 5 años.
  • Cuando el trabajador se haya incorporado a la vida laboral después de haber estado en situación de jubilación y sufra una incapacidad permanente, en cuyo caso le será suficiente con haber cotizado 180 días en los últimos cinco años anteriores a la jubilación.
  • Cuando el trabajador se haya incorporado a la vida laboral después de haber estado en situación de incapacidad temporal y sufra una incapacidad permanente, en cuyo caso le será suficiente con haber cotizado 360 días en los últimos diez años anteriores a la incapacidad temporal.

Para acceder a la prestación, el trabajador deberá acreditar que cumple los requisitos establecidos mediante la presentación de la documentación correspondiente ante la entidad gestora de la Seguridad Social. En concreto, deberá presentar la solicitud de incapacidad permanente (Modelo TA.621), así como el informe médico que acredite el grado de incapacidad sufrido (Modelo TA.623).

¿Quién tiene derecho a una incapacidad permanente?

La incapacidad permanente es una prestación médico-legal que se otorga a aquellas personas que, a consecuencia de una enfermedad o un accidente, han sufrido una reducción de su capacidad laboral en un grado que les imposibilita el ejercicio de su profesión habitual y que, por tanto, les impide obtener una renta suficiente para su subsistencia y la de su familia.

Para acceder a esta prestación, es necesario que el interesado se hallara en alta en la Seguridad Social en el momento en que se produjo la lesión o enfermedad que le ha ocasionado la incapacidad, y que dicha incapacidad sea permanente e irreversible. No obstante, en algunos casos excepcionales, también se puede acceder a la prestación cuando la incapacidad es parcial pero suficientemente grave para que el afectado no pueda desempeñar cualquier otra actividad laboral que no sea la que realizaba habitualmente.

Por otro lado, para que el derecho a la prestación quede acreditado, es necesario que el interesado haya agotado todas las posibilidades de reintegración al mercado laboral a través de medidas de readaptación, rehabilitación o reeducación. En este sentido, es importante señalar que la Seguridad Social cuenta con un Servicio de Orientación e Información que puede asesorar a las personas en estos procesos.

Una vez acreditado el derecho, la incapacidad permanente se reconoce a partir del momento en que se produce la baja médica. No obstante, en algunos casos, el reconocimiento puede ser retroactivo a partir de la fecha en que se produjo el accidente o la enfermedad. La prestación tiene una duración máxima de dos años, aunque en algunos supuestos especiales puede prorrogarse por un periodo máximo de tres años.

La cuantía de la prestación se determina en función de la capacidad laboral perdida por el afectado, siendo el importe máximo de 1.754,04 euros mensuales para aquellas personas con una pérdida total de capacidad y de 877,02 euros mensuales para aquellas con una pérdida parcial.

¿Cuánto se cobra por incapacidad permanente total en 2022?

La incapacidad permanente total es una situación en la que una persona no puede realizar su trabajo habitual ni tampoco un trabajo adecuado a sus capacidades debido a una enfermedad o a un accidente. En estos casos, el trabajador tiene derecho a percibir una pensión por incapacidad permanente total que le será abonada mensualmente por la Seguridad Social. La cuantía de esta pensión se revaloriza anualmente en función de la tasa de inflación del año anterior.

En el año 2022, la pensión por incapacidad permanente total será de 1.119,12 euros mensuales. Esta cantidad se cobra de manera mensual y puede ser exenta de impuestos si se cumplen ciertos requisitos. La pensión por incapacidad permanente total se puede cobrar a partir de los 65 años de edad, aunque el trabajador puede solicitar el ingreso anticipado en determinadas circunstancias.

¿Cuánto se cobra por una incapacidad permanente total?

La incapacidad permanente total es una situación que se produce cuando una persona sufre una lesión o enfermedad que le impide realizar cualquier tipo de actividad laboral. En estos casos, la persona puede acogerse a la prestación por incapacidad permanente total, que le permitirá recibir una pensión mensual por parte del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social).

Para poder acceder a esta prestación, es necesario que la persona haya cotizado durante al menos 5 años y que su incapacidad sea reconocida por el INSS. La cuantía de la prestación se calcula en función de los años cotizados y de la base reguladora, que es el salario medio de los últimos 12 meses.

En el caso de que la persona haya cotizado durante menos de 5 años, el INSS le podrá otorgar una prestación por incapacidad temporal, que tendrá una duración máxima de 3 años y cuya cuantía será del 60% de la base reguladora.

Por otro lado, si la persona cotiza por cuenta propia, la prestación por incapacidad permanente total será del 70% de la base reguladora. No obstante, en este caso, la persona deberá haber cotizado durante al menos 10 años para poder acceder a la prestación.

¿Qué enfermedades dan incapacidad laboral?

La incapacidad laboral es una situación en la que una persona no puede desempeñar su trabajo debido a una enfermedad o lesión. Las enfermedades que más frecuentemente causan incapacidad laboral son las enfermedades musculoesqueléticas y las enfermedades mentales y del comportamiento. Otras enfermedades que también pueden causar incapacidad laboral son las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y las enfermedades crónicas.

Las enfermedades musculoesqueléticas son aquellas que afectan a los huesos, músculos, ligamentos y tendones. La artritis es una de las enfermedades musculoesqueléticas más frecuentes. La artritis puede causar dolor, inflamación y rigidez en las articulaciones. Otras enfermedades musculoesqueléticas que pueden causar incapacidad laboral son la osteoporosis, la espondilitis anquilosante y la fibromialgia.

Las enfermedades mentales y del comportamiento son aquellas que afectan al funcionamiento mental y emocional de una persona. Algunas de las enfermedades mentales y del comportamiento que pueden causar incapacidad laboral son la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno de pánico. La ansiedad y el estrés también pueden causar incapacidad laboral.

Las enfermedades cardiovasculares son aquellas que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos. Algunas de las enfermedades cardiovasculares que pueden causar incapacidad laboral son la hipertensión, el infarto de miocardio y la encefalopatía hipertensiva. Las enfermedades respiratorias son aquellas que afectan a los pulmones. Algunas de las enfermedades respiratorias que pueden causar incapacidad laboral son el asma y la bronquitis crónica.

Las enfermedades crónicas son aquellas que se caracterizan por tener un curso prolongado y por ser recurrentes. Algunas de las enfermedades crónicas que pueden causar incapacidad laboral son la diabetes, el cáncer y la enfermedad renal crónica. La fatiga crónica también puede causar incapacidad laboral.

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