¿Qué hacer en caso de despido objetivo?

¿Qué hacer en caso de despido objetivo?

Si usted cree que ha sido objeto de un despido injusto, puede presentar una demanda ante la justicia laboral. En España, el procedimiento es el juicio monitorio laboral. No obstante, antes de acudir a los tribunales, debe intentar llegar a un acuerdo con su empresa. Para ello, puede acudir a un mediador laboral o solicitar la conciliación ante la Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Si no llega a un acuerdo, puede presentar una demanda ante los juzgados de lo Social.

En primer lugar, debe acudir a la Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para solicitar la conciliación. Allí se le asignará un mediador laboral que ayudará a llegar a un acuerdo con la empresa. Si no llega a un acuerdo, puede presentar una demanda ante los juzgados de lo Social.

Para presentar una demanda, debe contratar a un abogado especializado en derecho laboral. Éste le ayudará a presentar la demanda y le representará en el juicio. El abogado deberá demostrar que el despido fue injusto y que se produjo por razones no imputables a usted. Asimismo, deberá solicitar una indemnización por los daños y perjuicios causados.

En el juicio monitorio laboral, el juez de lo Social se pronunciará sobre el despido y decidirá si es o no improcedente. Si el despido es improcedente, usted tendrá derecho a ser readmitido en su puesto de trabajo o a recibir una indemnización de 20 o 33 días por año trabajado, según el tiempo de antigüedad. En cambio, si el despido es procedente, no recibirá indemnización alguna.

¿Qué hacer si te despiden por causas objetivas?

Si te despiden por causas objetivas, tienes derecho a recibir una indemnización por despido improcedente. La indemnización por despido improcedente se calcula en función de la antigüedad del trabajador, y suele oscilar entre 33 y 45 días de salario por año trabajado. Asimismo, el trabajador tiene derecho a cobrar los salarios de tramitación, que son aquellos que corresponden al período comprendido entre el despido y la efectiva extinción del contrato de trabajo.

En el caso de que el despido sea declarado nulo, el trabajador tendrá derecho a ser reintegrado en su puesto de trabajo y a percibir los salarios de tramitación. No obstante, si el trabajador no desea ser reintegrado, podrá optar por percibir una indemnización equivalente a 45 días de salario por año trabajado, con un máximo de 42 mensualidades.

Para poder cobrar la indemnización por despido improcedente, el trabajador deberá acreditar que el despido se ha producido sin causa justificada. En algunos casos, el trabajador podrá acreditar el despido improcedente mediante una sentencia judicial, pero en otros casos será necesario acudir a un arbitraje o a un mediador para que se determine si el despido es improcedente o no.

¿Cuánto se cobra por un despido objetivo?

Los despidos objetivos son aquellos que se producen por causas ajenas al trabajador, como pueden ser la crisis económica, la quiebra de la empresa o la reducción de personal. En estos casos, el trabajador tiene derecho a cobrar una indemnización, que será de 20 días de salario por año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades. No obstante, el trabajador podrá cobrar una indemnización superior si así lo establece el convenio colectivo de su empresa.

En el caso de que el despido objetivo se produzca por motivos económicos, la indemnización será de 33 días de salario por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades. No obstante, el trabajador podrá cobrar una indemnización superior si así lo establece el convenio colectivo de su empresa.

¿Cuándo impugnar un despido objetivo?

En España, el despido objetivo se considera como un despido improcedente, lo que significa que el trabajador puede impugnarlo. No obstante, el despido objetivo no es tan fácil de impugnar como el despido improcedente, ya que el empresario debe demostrar que el despido se ajusta a una causa objetiva.

Para que un despido objetivo sea declarado improcedente, el trabajador debe demostrar que el despido carece de causa real y objetiva, que ha sido discriminatorio o que se ha producido por motivos personales.

Causas reales y objetivas

El empresario debe demostrar que el despido se ajusta a una causa real y objetiva. Estas causas pueden ser económicas, técnicas, organizativas o de producción.

Discriminación

El despido objetivo no puede basarse en motivos discriminatorios, como la raza, el sexo, la religión, la edad o la orientación sexual.

Motivos personales

El despido objetivo no puede basarse en motivos personales del trabajador, como las relaciones personales o familiares.

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